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Paisaje

De pronto el milagro de un desierto,
arena que baila con el viento.
las dunas donde el amor
juega su sueño erótico,
muestran su cintura,
la luna con Calchaquí ternura
sirve de testigo a ese idilio.
Toneles y álamos reciben al viajero
en el oasis del sol, del vino y los amigos.
Desde la parra crece memoria del tiempo
que el vino vuelve a dibujar en las cajas
un carnaval de antaño con albahaca.
Los cafayanes vivían con su pachamama
escondidos en su paisaje.
Hoy, la suma de las razas
con su sangre natural que canta.
Las comadres han poblado de telares el terruño,
el sol vive y reina entre las parras,
calchaquí es el acento del ají.
En la cocina vive la sabiduría ancestral
de ponerle gusto a las comidas.
En Cafayate sucede la alegría serenatera
Y el perfume de una rosa niña,
esperanza que alegre sube
y vive con el ritmo antiguo de una zamba.

Eduardo Ceballos.