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La tecnología y los hombres

La tecnología y el hombre nacieron juntos. La evolución y la búsqueda son características humanas. Empezó como un nómada recorriendo geografías. A consecuencia de ese andar fue encontrando su lugar, constituyéndose en sedentario y luego el proceso de evolución le enseñó a vivir en comunidad. Su inteligencia le permitió muchos descubrimientos e inventos, que apuntaban a satisfacer sus necesidades elementales. Todo el desarrollo se apoyaba en las herramientas. De a poco fue sumando el fuego, la palanca, la rueda, el vestido, los muebles esenciales como la mesa y la cama. Así fue avanzando la tecnología trayendo grandes beneficios.

La modernidad muestra un abanico de avances que son sorprendentes, entre ellos el celular inventado hace menos de 40 años, ha producido cambios notables en las conductas sociales. Se ha generado una dependencia, mucha gente ya no podría vivir si le faltase esta máquina, que cada día es más sofisticada. El celular ha reemplazado la visita y el abrazo, la lectura y los libros. La medicina recibió los beneficios de esta tecnología y por ende el hombre. Se puede diagnosticar con más precisión, controlar las afecciones y operar con más eficiencia. Cada día hay más longevos, a pesar del criterio de algunos gobiernos. Las ventajas que ha traído la tecnología son asombrosas.

El mundo actual gira alrededor de la computadora. Cuando se cae el sistema, termina el funcionamiento de muchas entidades. Una dependencia preocupante. En este panorama, los niños son víctimas de un sistema que le quita libertad, movilidad, imaginación, creatividad, porque los hace solitarios, vulnerables y sedentarios. Deben conocer los bienes del progreso, pero manejados en forma racional. Su mal uso acarreará problemas de atención, de aprendizaje y otros malos hábitos. Los auriculares y los niveles de volumen están produciendo sorderas juveniles.

La energía solar, la eólica y la geotérmica, no se agotan y contaminan menos que el carbón o el petróleo.

Los accidentes de petroleros con consecuencias nefastas para el entorno marino y las mareas negras dañan a poblaciones de peces y aves marinas. Cambiemos por un mundo mejor. La responsabilidad no es de la tecnología, sino de quienes, con afán de comodidad, de lucro, de poder, utilizan los recursos tecnológicos sin analizar las consecuencias ecológicas, sociales y humanas que su uso y abuso pueden acarrear.

Las máquinas, la tecnología, están haciendo perder todo tipo de tradiciones, rutinas y aprendizajes que conformaban nuestra vida. El ser humano ha mejorado en su funcionamiento, pero ha complicado su aspecto ético y moral. Las guerras y los hechos de violencia son el resultado de ese desequilibrio. El alcoholismo y las drogas avanzan a pasos agigantados. El hombre se va convirtiendo en el peor enemigo del hombre. Su actitud y su tecnología no alcanzan para solucionar el problema del hambre sobre la faz de la tierra, ni frenar la contaminación del medio ambiente. El aumento de consumo de energía aumenta la proporción de determinados gases en la atmósfera. La tecnología le quita espacio a la familia, al amor, al diálogo constructivo. Los brazos han dejado de abrazar y los ojos de disfrutar del bello paisaje que nos rodea. El amor a los padres era un sentimiento más allá de la muerte, continuaba con los hijos y los nietos. Hay que preocuparse, pero también ocuparse, para equilibrar las cargas; no permitir que lo virtual le gane a la vida real, poniendo en riesgo los lazos de afecto y de la sangre. Entre todos debemos trabajar e imaginar un mundo mejor. No queremos dar un aliento pesimista, pero hay que pensar por una vida mejor.


Eduardo Ceballos.