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El oficio de legislar

Año 2019, año de elecciones de nuevas autoridades. Tiempo de campañas políticas y mensajes a todos los ciudadanos. Se elegirán un presidente, gobernadores, intendentes, senadores, diputados, concejales. Gente avezada en estos temas y también nuevas personas que llegan al ruedo con sus sueños y su vocación de servicio. Por este motivo una reflexión sobre “El oficio de legislar”, tan antiguo como el hombre. Entre los que pretenden una banca de concejal o diputado o senador, están los doctores en distintas disciplinas científicas con formación académica, los empresarios de distintos rubros, los sindicalistas y gremialistas, los dirigentes de instituciones deportivas y otras entidades intermedias. Algunos serán parte de los concejos deliberantes de los municipios; otros, diputados o senadores de los ámbitos provinciales; también los senadores y diputados que representarán a su provincia en el Congreso Nacional. Para eso trabajarán en agotadoras campañas. Ellos serán los responsables, cada uno en el lugar que le toque actuar, de formalizar las leyes que regirán la vida de una comunidad, lo que se llama el ordenamiento jurídico, que establece la normativa de cómo debe manejarse una sociedad. Para cumplir este rol con excelencia, cada candidato debe prepararse para servir; la base, estudiar profundamente la realidad de la región en la que debe legislar; tener un diálogo permanente con los principales referentes; madurar los proyectos de cara a la gente, publicando sus avances antes de promulgar la ley o la ordenanza; es menester tener conciencia de que son servidores públicos, a los que se les exige la mayor honestidad en sus funciones. Muy importante que sostengan el mismo entusiasmo y movilidad que imprimieron en sus campañas; que sean transparentes y que el objetivo fundamental pase por el bienestar de la gente. Por suerte, algunos trabajan a conciencia, con la bandera de la ideología que le ha dado su banca. La falta de preparación para asumir la banca le lleva mucho tiempo de adaptación, con una transición indefinida; critican todo lo anterior y se encuentran en un lugar desconocido. El oficio de legislar implica en expedir normas, articular los derechos de las personas, tipificar infracciones, determinar sanciones, establecer las reglas entre la gente y la administración pública. Para ello, deben estar muy preparados para ejercer el cargo, por lo compleja que es la función. Los derechos son más sensibles y los conceptos más variados. Los tratados y los convenios internacionales abundan; prevalecen sobre las leyes locales y les quitan eficacia. Se le debe dar una notoria transparencia informando a la opinión pública el avance de ese proyecto, con la participación de representantes de las fuerzas vivas, especialmente las relacionadas al proyecto. Inagotable amor Legislar demanda un inagotable amor a la patria, una notoria vocación de servicio, tendiente a enaltecer al municipio, provincia o país para el que trabaja. Debe ser una obsesión defender la soberanía, la identidad cultural y el patrimonio que le corresponda. En este año de elecciones, el pueblo, que con su voto elige a sus representantes, deberá estar muy atento en apoyar a los hombres o mujeres que con su candidatura honren el presente y el futuro de su pueblo. Además de votar su candidato, deberá controlar su gestión para que cumpla con sus promesas de campaña.


Eduardo Ceballos.